jueves, 21 de octubre de 2010

El Tiempo Perdido


En ciencia y tecnología, el estado actual es engañoso. Desde que en el renacimiento, el conocimiento y la ciencia comenzaran a ganar terreno, tenemos la impresión de que hemos estado avanzando. Incluso se nos ha subido el ego, pensando que antiguamente eran poco menos que unos ignorantes supersticiosos y que ahora, somos el sumun del conocimiento.

Pero realmente, en muchas cosas fundamentales, no hemos adquirido un nuevo conocimiento, sino que hemos recuperado un conocimiento perdido. En ciencia, en demasiadas ocasiones, se ha reinventado la rueda. Y, como suele decirse, para muestra un botón:

- Aristarco de Samos (310 a.c. – 230 a.c.): Creó el modelo heliocéntrico. Esta teoría fue apartada y recuperada, posteriormente por Nicolás Copérnico (19 de Febrero de 1473 – 24 mayo de 1543). La obra de Copérnico fue publicada póstumamente en 1543. Si tomamos como punto de partida la publicación de esta obra, y la muerte de Aristarco, nos da una pérdida de 1773 años.

- Anaximandro de Mileto (610 a.c. – 546 a.c.): Ya en su momento estableció que las especies no habían sido creadas como son en la actualidad, sino que evolucionan adaptándose al medio donde viven. También fue de los primeros en decir que la tierra era redonda y no plana, como sostenían ya algunos en aquella época, creando el primer planisferio conocido. Tuvimos que esperar a Charles Robert Darwin (12 de Febrero de 1809 – 19 de Abril de 1882) y a su gran libro, “El Origen de las Especies” (22 de Noviembre de 1859) dieron forma científica a la antigua teoría de Anaximandro. Si tomamos la muerte de Anaximandro como punto de partida, y la publicación de “El Origen de las Especies”, la pérdida es todavía mayor: ¡¡¡2405 años!!!.

Pero ¿y a que debemos esta pérdida. Se puede culpar directamente de esta pérdida a la religión Judeo-cristiana. Si, así, de forma directa. Una religión que, durante más de 1500 años no sólo ha despreciado la ciencia, sino que la ha perseguido y castigado. Todo conocimiento que no fueran sus dogmas de fe eran no solo repudiados, sino que a lo demás sus autores eran torturados y, en caso de no dar su brazo a torcer, matados sin piedad. Grandes científicos medievales acabaron en la hoguera.

Habrá quien diga que esto es demagogia pura. Pero la realidad es que la religión Judía, Cristiana y, más adelante, la Musulmana, nos han hecho perder tiempo y conocimiento. No sólo no han aportado nada positivo a nuestra vida, sino que la han empeorado, impidiendo que aquellos conocimientos que pudieran mejorar nuestra concepción del mundo, o nuestra vida diaria, fueran puestos a disposición y utilizados. Se han dedicado (y dedican) más a controlar cual es el estatus de su poder, antes que a mejorar la vida de las personas que están a su alrededor.

Cada uno que saque sus conclusiones.

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