viernes, 19 de junio de 2009

Islam(II) - Inicio e ideas


Cuando murió su esposa Jadiya, Mahoma, que por entonces contaba unos 40 años de edad, libre de ataduras familiares y heredero acaudalado, creyó llegado el momento de poner en práctica sus ideas. Unas ideas que, tras meditar en soledad algún tiempo, debían comenzar con un mensaje divino que respaldase su gran misión: Unir al pueblo árabe y adentrarlo en la Historia.

El mensaje inaugural fue el siguiente: ¡Predica en el nombre de tu Señor, el que te ha creado! Así justificaba el Profeta (quien recibe una orden divina forzosamente debe ser reconocido como un profeta) una labor que duraría 22 años más, hasta su muerte en el 632.

Mahoma fue rodeándose poco a poco de unos seguidores donde hubo de todo: Creyentes de buena fe en el Dios único, aprovechados, gentes asqueadas con la idolatría de La Meca anteislámica, gente pía, nacionalistas, simples crédulos y crédulos simples...

Al Profeta se le había expulsado de su ciudad natal y se refugió en Yatrib, ciudad que contaba con una importante colonia judía que inicialmente le acogió con los brazos abiertos y que, más tarde, le declaró cierta hostilidad a medida que sus relaciones empeoraron como consecuencia de la intransigencia de Mahoma, que trató siempre, incluso en contra de las costumbres comerciales de los habitantes de Yatrib, de imponerle a todo el mundo su criterio religioso. Con el tiempo, la mayoría de los judíos de Yatrib fueron expulsados o ejecutados y buena parte de ese odio se refleja en el Corán.

Entre su etapa inicial en La Meca, donde proclama lo fundamental de su nueva religión, y sus años en Yatrib-Medina, convertido más en un asaltante de caravanas que en un líder espiritual, Mahoma fue declarando unas supuestas revelaciones que Dios le enviaba a través del arcángel Gabriel.

Las palabras de Mahoma durante los largos años de Medina se memorizaron casi todas (algo muy usual para la época y para la atención que merecía un personaje que ganaba notoriedad día a día) o se anotaron en los más variados soportes, sin diferenciar apenas la doctrina religiosa de la consigna belicista, ésa que debía impartir a veces para que sus hombres atacasen las caravanas de La Meca o para alentar a sus seguidores a la defensa.

Unos cuantos años después de la muerte de Mahoma, cuando hacía más de 30 que el Profeta pronunció sus primeras revelaciones, las únicas realmente válidas e inspiradas en las escrituras sagradas de otros pueblos, en tiempos del califa Utmán se inició la compilación oficial y se creó el Corán tal y como hoy lo conocemos. De hecho, habría que considerar al Corán como la obra de Utmán, puesto que fue quien le dio el visto bueno y quien ordenó la destrucción de otras versiones menos de su agrado.

Durante la compilación de Utmán, cuyo único mérito para acceder al califato fue ser el yerno de Mahoma y discípulo de la primera etapa, algunas personas que memorizaron en su día ciertas frases del Profeta habían fallecido ya y no siempre pudieron trasmitirlas a otros, e incluso parte de las anotaciones realizadas en hojas de palmeras o en omoplatos de camellos se habían borrado parcialmente y no se lograron recuperar. Faltaba mucha religiosidad y sobraba mucha belicosidad —conceptos que llegaron a entremezclarse— de todo cuanto dijo Mahoma.

Si a eso le sumamos que el árabe de la época carecía de signos diacríticos (por ejemplo tildes), lo más probable es que el Corán de Utmán sólo se parezca remotamente al mensaje profético del Nabí y vaya aderezado de consignas agresivas completamente ajenas al supuesto mensaje divino. Mensaje que en realidad no es más que la parte de la Biblia y los Evangelios que Mahoma recordaba y le convenía citar, en algunos casos de un modo manifiestamente adulterado.

Hay numerosas pruebas de manipulación interesada, completamente ajenas a la religiosidad de Mahoma, en el libro sagrado de los musulmanes, quizá las más evidentes sean las aparatosas contradicciones que el texto ofrece. Por ejemplo, se dice que cristianos y judíos hallaran su recompensa cerca de Dios si creen en los libros enviados a ellos (gentes del libro), pero se afirma a menudo que serán castigados por la ley del talión a cuento de... no se sabe qué.


Da la impresión que en los más variados aspectos del Corán haya influido bastante la actitud pendenciera de quien conservó el fragmento, incluso tanto como las palabras pronunciadas por el profeta, de quien no cabe ninguna duda que fue un hombre relativamente justo para su época y para las características que se daban en su tierra, pero que tuvo el infortunio de introducir una religión que se desvirtuó casi de inmediato.

Veamos un ejemplo: Mahoma nos dice que la mujer vale la mitad que un hombre y eso es algo inadmisible que sólo los musulmanes aún aceptan, pero en la época anteislámica una mujer, por desgracia, no valía casi nada, menos que un camello.

No es fácil llegar a comprender cómo es posible que Mahoma, en vida, no ordenase la recopilación de su doctrina. Si en verdad fue un encargo divino, ¿qué misterio puede justificar una cosa así?

El islam de hoy difícilmente puede ser la doctrina predicada por Mahoma en su etapa de La Meca, una doctrina que, en la parte más espiritual o bondadosa, sin duda estaba basada en ideas de otras religiones monoteístas, como prueba el hecho de que a Jesús de Nazaret, por ejemplo, se le cite treinta y tres veces en el Corán.

Los preceptos del Profeta, destinados a calmar las pasiones de un pueblo árabe cuya principal característica era la belicosidad fratricida, hoy se encuentran sustituidos por el discurso radical de esos imanes que piden la más firme oposición hacia todo lo no musulmán y el estricto cumplimiento de la Sharia o ley islámica. Una ley absurda, antinatural, artificiosa, incompleta, elaborada cientos de años después de que Mahoma falleciese y, por lo común, al servicio de quien debe interpretarla.

Ni razas escogidas, ni cleros dominantes y opresores, ni creencias poseedoras de un Dios propio, puesto que la mano de Dios no está encadenada a nadie ni a nada. Tales serían las palabras sintetizadoras de lo que el llamado Nabí ofreció en sus inicios. De donde se deduce que el Profeta rechazó a los imanes porque los consideró innecesarios. Así, pues, muchos clérigos del actual islam, posiblemente todos, no se corresponden ni en el cargo, ni en la fe, ni en la labor de apaciguar esas pasiones que la religión de Mahoma en sus orígenes deseaba.

Quienes recopilaron el Corán unos cuantos años después de la muerte del Profeta —valga la comparación—, actuaron del mismo modo que si hoy mezcláramos el testamento político de Franco, en el supuesto de que dicho testamento tuviese algún valor religioso, con los sucesos de la batalla del Ebro y las arengas que allí se impartieron. Además, el Corán se recopiló sólo a partir de letras consonantes y hubo que esperar hasta el siglo X (IV de la Hégira) para que le añadieran las vocales.

Inclúyase la circunstancia agravante de que Mahoma legó sus creencias de un modo oral, como quedó dicho, y el resultado ya lo conocemos: Una obra que los imanes de los últimos siglos aseguran que corresponde literalmente a la palabra de Dios, cuyos párrafos no pueden alterarse ni en una coma. Y así hasta la eternidad. ¡Cabe mayor disparate en la mente humana!

Por otra parte, cuando el califa Utmán decidió recopilar el mensaje de Mahoma, el estado islámico había conquistado ya toda Arabia, Egipto, Siria, Mesopotamia, Persia, Armenia... y se acercaba a gran velocidad hacia la India, por el este, y hacia Cartago por el occidente. Y un estado que era ya realmente un gran imperio no podía permitirse el lujo de inculcar pacifismo religioso, de ahí que el Corán se encuentre repleto de frases semejantes a esta: “La tentación de la idolatría es peor que la carnicería en la guerra”.

2 comentarios:

  1. La vida del desviador de pueblos es la razon que la humanidad se divide en luz y sombra.

    Hoy la avanzada islamica se ve en ciertos sitios estrategicos como en periodistas digitales hay un foro de religion que se ataca continuamente al cristianismo pero cuando se expone estas verdades historica se exaltan y acusan a las personas de Islamicofobicos mientras ellos hacen su avanzada por europa.

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  2. http://foros.periodistadigital.com/viewforum.php?f=24

    en este foro español se ve como se ataca a quien esgrime algunas verdades historicas.

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